LLEGAR HACIA SÍ MISMO
Reflexiones en torno a la
adolescencia del protagonista de la novela Demian
Por:
Alejandrina Castañeda
La narrativa de Hermann Hesse
(1887-1962), ha sido clasificada muchas veces como novela de formación, pues
las historias tratan la vida de adolescentes en diferentes circunstancias, al
menos en las novelas más conocidas como Bajo
las ruedas (1906), Demian (1921),
Siddharta (1923), El lobo estepario (1927), Narciso y Golmundo (1930).
Hesse es uno de los escritores que más
explícitamente entremezcla su vida personal con los protagonistas de sus
novelas, que por cierto él mismo hace constar en su autobiografía, además del
texto biográfico que le escribiera Hugo Ball.
Es también interesante ver en perspectiva el mundo literario, artístico,
científico y social que rodearon toda su vida, y es que no puedo pasar
inadvertido, que no solamente vivió durante las dos guerras mundiales, sino que
también se dieron frutos trascendentales con personas como: Oscar Wilde,
Sigmund Freud, Thomas Mann, James Joyce, Marcel Proust, Einstein, Franz Kafka,
Rilke, Pablo Neruda, Hemingway, Robert Musil y William Faulkner.
Su contexto familiar, así como sus
lecturas y pasiones por la música y la pintura se verán también reflejadas en
sus novelas, como en el caso específico de Demian.
Para poder ser uno mismo, es
necesario transgredir los contextos a los que pertenecemos, ya sea contexto
familiar, escolar, social como Emil Sinclair; protagonista y narrador de su
historia de los 10 a los 18 años. Hubo personajes que fueron importantes en su
vida, en su camino hacia sí mismo, sin embargo el más especial, al que estuvo
unido siempre fue Max Demian, un ser diferente, intemporal, inteligente, que
fascinaba y atraía, sobre todo por su mirada. Demian era un ser, un personaje,
con rostro seguro, fuerza física, con una luz peculiar que emanaba de su ancha
frente y que provocaba sentimientos contrarios; entre miedo y admiración,
simpatía y repulsión, era “como un astro, rodeado de su atmósfera propia… ni masculino,
ni infantil, ni viejo, ni joven, sino milenario, fuera del tiempo…como un
animal, un espíritu o una pintura” [1]
Demian fue su amigo y guía hacia un
camino de introspección, al cual llegaría también por medio del amor hacia una
imagen andrógina con la ideología de lo que simbolizaba Abraxas, el dios que
presentía en su interior y que Demian confirmaría para su conocimiento.
Abraxas es una divinidad dual, que
encierra en sí mismo lo divino y lo diabólico y que es representado por medio
de la cabeza de un ave, con cuerpo de hombre
y las piernas moldeadas como serpientes. Adorado por algunas sectas gnósticas,
que también usaban como amuleto tallando su imagen en algunas piedras, aunque también
se le adjudica estar entre los dioses egipcios. Símbolo del fuego sagrado,
que ha de ser despertado por el aspirante a la sabiduría a través de su trabajo
interior;[2]
justo era lo que Sinclair estaba buscando con un proceso que le llevaría toda
su adolescencia.
Conocerse a sí mismo a través de otro, de otro ser humano
con total madurez, sabiduría, en el que se encuentra una coincidencia de
opuestos que había rodeado siempre su vida. Entre el bien y el mal, esos dos
mundos, en donde Sinclair se encontraba sólo en uno de ellos, el mundo donde sólo
hay cabida para el bien, la tranquilidad, paz, que lo rodeaba por su familia.
Con Abraxas la puerta se abría para conocer un mundo sin prejuicios, sin
descartar ningún pensamiento, ni sueño, que para algunos otros podrían ser
malos o prohibidos.
Conocerse a sí mismo conociendo la
totalidad del mundo, de la naturaleza, subsumiendo la necesidad sexual por un
complemento espiritual. Sinclair llegó a sentir la soledad, la necesidad de
amar, de tener un ídolo; apartado de Demian, la imagen de Beatrice representaba
una nueva admiración a la que describe con rasgos masculinos, y que al
dibujarla, se yuxtaponen en la misma imagen el rostro de Beatrice, Demian y él
mismo.
En todo su proceso, el último
encuentro también marcó su vida, a parte del singular personaje de Pistorius, fue
precisamente al conocer en persona a Frau Eva, madre de Demian; alta, con rasgos masculinos, atractiva, al mismo
tiempo madre y demonio. Sinclair estaba enamorado de ella, pero me parece que
realmente estaba enamorado del amor y de lo que implicaba este conocimiento,
también coexistencia de contrarios: bien/mal, ángel/demonio, luz/oscuridad.
Finalmente Demian muere a lado de
Sinclair, en medio de un suceso bélico, que seguramente Hesse se refiere a la
gran guerra; de ahora en adelante Sinclair tendría que ver en su interior a
Demian llegando a reflejar la misma imagen de su amigo y guía.
Hay una crítica a la religión,
argumentando que el Dios de los cristianos no es lo verdadero, pues sólo
representa una sola parte del mundo, además del discurso trasgresor sobre Caín.
Por supuesto, también un desacuerdo con el contexto político de Alemania,
llamando a la guerra “el monstruo que se desatará en Europa” y que el mundo
cambiará desde entonces, así como hacia las masas, la falta de libertad y amor.
- Abraxas el dios dual.
Imagen ideal de un andrógino
No puedo asegurar que Sinclair es un
personaje andrógino, más bien me deja la sensación de que cualquier ser humano
puede llegar a la totalidad interior, dejándose absorber por los opuestos que
realmente existen en el mundo, tal como lo representa Abraxas. Tanto Sinclair
como Demian y Frau Eva habían llegado a su interior mediante un proceso de
romper el cascarón del mundo con el ideal de Abraxas.
Los tres llevaban el estigma, seres
diferentes, con seguridad y fuerza interior. “Imagen andrógina” se menciona al
referirse a la madre de Demian, ¿puede adquirirse la androginia interiormente
sin la necesidad de la ambigüedad física?
Demian y Frau Eva, se acercan más a
una imagen andrógina, no sólo por las descripciones físicas y de personalidad
que de ellos hace Sinclair, sino por su propio comportamiento “extraño” a todos
los demás; como en el caso de esa especie como de trance de Demian, este estar
ausente de lo que lo rodea y con la sabiduría de presentir el futuro, al
parecer su madre también estaba conectada en esos momentos aunque si consciente
de su inmediatez.
Sinclair, igual que Orlando[3] denotan un proceso, una
búsqueda; los dos relatos se enfocan en la importancia de lograr la androginia
por vía espiritual, de la propia voluntad de la persona, pues el aspecto físico
ya esta dado por la naturaleza, (al menos en Orlando que siempre mantenía una
ambigüedad a pesar de su metamorfosis) el espíritu también hay que reintegrarlo
a la totalidad de la misma. Las características físicas de Demian se asemejan
en algunos detalles a Orlando, sobre todo por esa intemporalidad[4] que reflejaba y además dos
trances, como una pausa efímera, hay que recordar que Orlando también tuvo dos
pausas, sólo que de siete días cada una. Los resultados son distintos
obviamente pero éste elemento fantástico se asemeja.
Lo que esta claro es Abraxas como
dios andrógino; reafirma la existencia sobre las divinidades duales en otras
culturas que no sea la occidental, además de que este dios también se menciona
en La tentación de San Antonio de
Gustav Flaubert[5].
¿La imagen, tema, idea, símbolo del
andrógino no puede ser considerado como un arquetipo? No lo puedo asegurar,
pero en la mayoría de las mitologías y religiones, sobre todo gnósticas, existe
una deidad andrógina. Yung postula este arquetipo como el inconsciente
colectivo, sin tener relación o conocimiento de otras culturas puede haber una
afinidad increíble en ciertos elementos, en este caso del andrógino. Por cierto
que Hesse también tuvo que someterse a terapias con un alumno de Yung, y
sostuvo pláticas con él mismo.
La idea sobre el andrógino también
esta relacionado con la vida de Hesse, desde sus lecturas, Platón, entre ellas,
y este ser extraño, superior, que esta
más allá del bien y del mal son el reflejo de sus lecturas de Nietzsche, además
de ser amigo de Thomas Mann, autor de Muerte
en Venecia, donde también hay un personaje andrógino. Esta búsqueda de Sincalir es la misma de Hesse[6], encontrarse así mismo,
que implicó, igual que Sincliar, transgredir a su familia, el ambiente escolar,
conocer el ambiente de las tabernas, borracheras, el amor…queda claro que
Siclair no es el vivo reflejo de Hermann Hesse pero si es uno de los autores a
los que resulta esencial e interesante realizar un análisis contextual para
reflexionarlo sobre el interior de su narrativa.
BIBLIOGRAFÌA
- Hesse Hermann, Demian, Madrid, Alianza Editorial,
2006, 177p.
- _____________, Obstinación. Escritos Autobiográficos,
Madrid, Alianza Editorial, 1985, 221p.
- Rosès Becker Katinka y
Francesc Miralles Contijoch, El lector de Hermann Hesse, Barcelona,
Océano, 2001, 167p.
OTRAS
FUENTES
- www.occultopedia.com/a/abraxas.htm
- Shepard, Leslie A., Enciclopedia
of Ocultism and Parapsychology, 3rd ed. Detroit: Gale Research, Inc,
1991
[1] Hesse Hermann, Demian,
México, Alianza Editorial, 2006, p.57
Aquí me recuerda a Dorian Gray y
Orlando, por este elemento pictórico, que más tarde es importante por los dibujo
que Sinclair hace de sus sueños, relacionados con Demian y Abraxas
[2] Síntesis de Internet: www.occultopedia.com/a/abraxas.htm
y Shepard, Leslie A., Enciclopedia of Ocultism and Parapsychology, 3rd ed.
Detroit: Gale Research, Inc, 1991(el subrayado es mío)
[4] Que no inmortalidad como Orlando.
[5] Interesante novela, con una estructura narrativa compleja, donde san
Antonio convive imaginariamente con personajes de varias mitologías y
religiones.
[6] La primera edición de Demian
lo firmaba con el nombre de Emil Sinclair
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