sábado, 23 de diciembre de 2017

Reseña Crítica de la novela Demian

LLEGAR HACIA SÍ MISMO
Reflexiones en torno a la adolescencia del protagonista de la novela Demian

                                                                                                         Por: Alejandrina Castañeda


            La narrativa de Hermann Hesse (1887-1962), ha sido clasificada muchas veces como novela de formación, pues las historias tratan la vida de adolescentes en diferentes circunstancias, al menos en las novelas más conocidas como Bajo las ruedas (1906), Demian (1921), Siddharta (1923), El lobo estepario (1927), Narciso y Golmundo (1930).
            Hesse es uno de los escritores que más explícitamente entremezcla su vida personal con los protagonistas de sus novelas, que por cierto él mismo hace constar en su autobiografía, además del texto biográfico que le escribiera Hugo Ball.  Es también interesante ver en perspectiva el mundo literario, artístico, científico y social que rodearon toda su vida, y es que no puedo pasar inadvertido, que no solamente vivió durante las dos guerras mundiales, sino que también se dieron frutos trascendentales con personas como: Oscar Wilde, Sigmund Freud, Thomas Mann, James Joyce, Marcel Proust, Einstein, Franz Kafka, Rilke, Pablo Neruda, Hemingway, Robert Musil y William Faulkner.
            Su contexto familiar, así como sus lecturas y pasiones por la música y la pintura se verán también reflejadas en sus novelas, como en el caso específico de Demian.
            Para poder ser uno mismo, es necesario transgredir los contextos a los que pertenecemos, ya sea contexto familiar, escolar, social como Emil Sinclair; protagonista y narrador de su historia de los 10 a los 18 años. Hubo personajes que fueron importantes en su vida, en su camino hacia sí mismo, sin embargo el más especial, al que estuvo unido siempre fue Max Demian, un ser diferente, intemporal, inteligente, que fascinaba y atraía, sobre todo por su mirada. Demian era un ser, un personaje, con rostro seguro, fuerza física, con una luz peculiar que emanaba de su ancha frente y que provocaba sentimientos contrarios; entre miedo y admiración, simpatía y repulsión, era “como un astro, rodeado de su atmósfera propia… ni masculino, ni infantil, ni viejo, ni joven, sino milenario, fuera del tiempo…como un animal, un espíritu o una pintura” [1]
            Demian fue su amigo y guía hacia un camino de introspección, al cual llegaría también por medio del amor hacia una imagen andrógina con la ideología de lo que simbolizaba Abraxas, el dios que presentía en su interior y que Demian confirmaría para su conocimiento.
            Abraxas es una divinidad dual, que encierra en sí mismo lo divino y lo diabólico y que es representado por medio de la cabeza de un ave, con cuerpo de hombre  y las piernas moldeadas como serpientes. Adorado por algunas sectas gnósticas, que también usaban como amuleto tallando su imagen en algunas piedras, aunque también se le adjudica estar entre los dioses egipcios. Símbolo del fuego sagrado, que ha de ser despertado por el aspirante a la sabiduría a través de su trabajo interior;[2] justo era lo que Sinclair estaba buscando con un proceso que le llevaría toda su adolescencia.
            Conocerse a sí  mismo a través de otro, de otro ser humano con total madurez, sabiduría, en el que se encuentra una coincidencia de opuestos que había rodeado siempre su vida. Entre el bien y el mal, esos dos mundos, en donde Sinclair se encontraba sólo en uno de ellos, el mundo donde sólo hay cabida para el bien, la tranquilidad, paz, que lo rodeaba por su familia. Con Abraxas la puerta se abría para conocer un mundo sin prejuicios, sin descartar ningún pensamiento, ni sueño, que para algunos otros podrían ser malos o prohibidos.
            Conocerse a sí mismo conociendo la totalidad del mundo, de la naturaleza, subsumiendo la necesidad sexual por un complemento espiritual. Sinclair llegó a sentir la soledad, la necesidad de amar, de tener un ídolo; apartado de Demian, la imagen de Beatrice representaba una nueva admiración a la que describe con rasgos masculinos, y que al dibujarla, se yuxtaponen en la misma imagen el rostro de Beatrice, Demian y él mismo.
            En todo su proceso, el último encuentro también marcó su vida, a parte del singular personaje de Pistorius, fue precisamente al conocer en persona a Frau Eva, madre de Demian; alta,  con rasgos masculinos, atractiva, al mismo tiempo madre y demonio. Sinclair estaba enamorado de ella, pero me parece que realmente estaba enamorado del amor y de lo que implicaba este conocimiento, también coexistencia de contrarios: bien/mal, ángel/demonio, luz/oscuridad.
            Finalmente Demian muere a lado de Sinclair, en medio de un suceso bélico, que seguramente Hesse se refiere a la gran guerra; de ahora en adelante Sinclair tendría que ver en su interior a Demian llegando a reflejar la misma imagen de su amigo y guía.
            Hay una crítica a la religión, argumentando que el Dios de los cristianos no es lo verdadero, pues sólo representa una sola parte del mundo, además del discurso trasgresor sobre Caín. Por supuesto, también un desacuerdo con el contexto político de Alemania, llamando a la guerra “el monstruo que se desatará en Europa” y que el mundo cambiará desde entonces, así como hacia las masas, la falta de libertad y amor.

  • Abraxas el dios dual. Imagen ideal de un andrógino
           No puedo asegurar que Sinclair es un personaje andrógino, más bien me deja la sensación de que cualquier ser humano puede llegar a la totalidad interior, dejándose absorber por los opuestos que realmente existen en el mundo, tal como lo representa Abraxas. Tanto Sinclair como Demian y Frau Eva habían llegado a su interior mediante un proceso de romper el cascarón del mundo con el ideal de Abraxas.
            Los tres llevaban el estigma, seres diferentes, con seguridad y fuerza interior. “Imagen andrógina” se menciona al referirse a la madre de Demian, ¿puede adquirirse la androginia interiormente sin la necesidad de la ambigüedad física?
            Demian y Frau Eva, se acercan más a una imagen andrógina, no sólo por las descripciones físicas y de personalidad que de ellos hace Sinclair, sino por su propio comportamiento “extraño” a todos los demás; como en el caso de esa especie como de trance de Demian, este estar ausente de lo que lo rodea y con la sabiduría de presentir el futuro, al parecer su madre también estaba conectada en esos momentos aunque si consciente de su inmediatez.
            Sinclair, igual que Orlando[3] denotan un proceso, una búsqueda; los dos relatos se enfocan en la importancia de lograr la androginia por vía espiritual, de la propia voluntad de la persona, pues el aspecto físico ya esta dado por la naturaleza, (al menos en Orlando que siempre mantenía una ambigüedad a pesar de su metamorfosis) el espíritu también hay que reintegrarlo a la totalidad de la misma. Las características físicas de Demian se asemejan en algunos detalles a Orlando, sobre todo por esa intemporalidad[4] que reflejaba y además dos trances, como una pausa efímera, hay que recordar que Orlando también tuvo dos pausas, sólo que de siete días cada una. Los resultados son distintos obviamente pero éste elemento fantástico se asemeja.
            Lo que esta claro es Abraxas como dios andrógino; reafirma la existencia sobre las divinidades duales en otras culturas que no sea la occidental, además de que este dios también se menciona en La tentación de San Antonio de Gustav Flaubert[5].
            ¿La imagen, tema, idea, símbolo del andrógino no puede ser considerado como un arquetipo? No lo puedo asegurar, pero en la mayoría de las mitologías y religiones, sobre todo gnósticas, existe una deidad andrógina. Yung postula este arquetipo como el inconsciente colectivo, sin tener relación o conocimiento de otras culturas puede haber una afinidad increíble en ciertos elementos, en este caso del andrógino. Por cierto que Hesse también tuvo que someterse a terapias con un alumno de Yung, y sostuvo pláticas con él mismo.
            La idea sobre el andrógino también esta relacionado con la vida de Hesse, desde sus lecturas, Platón, entre ellas, y este ser  extraño, superior, que esta más allá del bien y del mal son el reflejo de sus lecturas de Nietzsche, además de ser amigo de Thomas Mann, autor de Muerte en Venecia, donde también hay un personaje andrógino.   Esta búsqueda de Sincalir es la misma de Hesse[6], encontrarse así mismo, que implicó, igual que Sincliar, transgredir a su familia, el ambiente escolar, conocer el ambiente de las tabernas, borracheras, el amor…queda claro que Siclair no es el vivo reflejo de Hermann Hesse pero si es uno de los autores a los que resulta esencial e interesante realizar un análisis contextual para reflexionarlo sobre el interior de su narrativa.







BIBLIOGRAFÌA
  • Hesse Hermann, Demian, Madrid, Alianza Editorial, 2006, 177p.
  • _____________, Obstinación. Escritos Autobiográficos, Madrid, Alianza Editorial, 1985, 221p.
  • Rosès Becker Katinka y Francesc Miralles Contijoch, El lector de Hermann Hesse, Barcelona, Océano, 2001, 167p.


OTRAS FUENTES



[1] Hesse Hermann, Demian, México, Alianza Editorial, 2006, p.57
Aquí me recuerda a Dorian Gray y Orlando, por este elemento pictórico, que más tarde es importante por los dibujo que Sinclair hace de sus sueños, relacionados con Demian y Abraxas
[2] Síntesis de Internet: www.occultopedia.com/a/abraxas.htm y Shepard, Leslie A., Enciclopedia of Ocultism and Parapsychology, 3rd ed. Detroit: Gale Research, Inc, 1991(el subrayado es mío)
[3] Woolf Virginia, Orlando, México, Alianza Editorial,2006
[4] Que no inmortalidad como Orlando.
[5] Interesante novela, con una estructura narrativa compleja, donde san Antonio convive imaginariamente con personajes de varias mitologías y religiones.
[6] La primera edición de Demian lo firmaba con el nombre de Emil Sinclair

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